En años recientes Jose Dávila ha creado un extenso cuerpo de obra compuesto por esculturas cinéticas que replican los arreglos geométricos creados por el artista alemán Josef Albers. Las obras pertenecientes a esta serie muestran una gran diversidad de dimensiones y paletas de color. Las composiciones formales y los ritmos cromáticos plasmados en las pinturas de Albers son reproducidas en las esculturas de Dávila a través de marcos de metal suspendidos desde el techo. Cada marco está pintado con un tono distinto de pintura y al moverse en conjunto produce una determinada cadencia de colores. El movimiento de estas secuencias flotantes genera un efecto prismático que a su vez genera una sucesión infinita de composiciones visuales.
El formato previamente en dos dimensiones se desdobla a sí mismo como una presencia tridimensional; la percepción del color depende directamente de la luz y de las interacciones superficiales que estas esculturas tienen con el entorno y otros objetos cercanos. La serie Homage to the Square de Albers buscaba concretar nuevas formas de percibir el color, haciendo uso del movimiento y de la expansión del lienzo hacia el espacio circundante. Dávila transporta estas intenciones hacia el campo de lo escultórico utilizando materiales industriales y ofreciendo nuevas perspectivas de obras de arte icónicas pertenecientes al canon modernista.